Somos un pálido punto azul en el espacio
Debido al reflejo de la luz solar… la tierra parece estar asentada sobre un rayo de luz, como si hubiera algún significado especial en este pequeño mundo. Pero es solamente un accidente de la geometría y la óptica… Nuestras poses, el sentido exagerado de nuestra propia importancia, la vana ilusión de que tenemos una posición privilegiada en el universo, son desafiados por este opaco punto de luz. Nuestro planeta es una manchita solitaria en la gran negrura cósmica que lo rodea. En nuestra oscuridad, en toda esta inmensidad, no hay ninguna señal de que alguien pueda venir a salvarnos de nosotros mismos.
(Extracto del libro «The pale blue dot»)
Carl Sagan, el nunca suficientemente añorado científico y divulgador, conviritó su libro «The pale blue dot» en un audiolibro homónimo. No veo mejor forma de comenzar este blog que compartiendo con vosotros este magnífico texto (subtitulado) deliciosamente leído por Sagan.
«The Pale Blue Dot» (El pálido punto azul) es el nombre que se le dió a una fotografía del planeta Tierra tomada en 1990 por la sonda espacial Voyager 1 desde una distancia de 6.000 millones de kilómetros de distancia, y forma parte de una serie de fotografías de nuestro sistema solar tomadas por la sonda en su viaje a los confines del espacio. En «The pale blue dot» la Tierra no es más que un pequeño píxel que se dibuja sobre la negra inmensidad del espacio.
La misión principal de la Voyager 1, era salir del sistema solar y estaba empezando a alejarse cuando desde el centro de control de la NASA se le enviaron instrucciones, a petición de Sagan, para tomar una última fotografía desde aquella enorme distancia, apuntando hacia nuestro planeta.
El título de la fotografía fue el empleado por Sagan para su libro de 1994, «Pale blue dot: a vision of the human future in space«.
Para saber más y mucho mejor: