El hombre que se comió un zapato.

Werner Herzog se come su propio zapato

Werner Herzog cocinando el zapato que no dudó en comerse ante un nutrido grupo de espectadores.

Seguro que han habido muchos hombres que se han comido un zapato por necesidad. Existe uns divertidísima secuencia de Charles Chaplin, en la película «La Fiebre de oro«, en la que, por hambre, se come una de sus botas.

Sin embargo, en este caso no se trata de una película, aunque el protagonista de la historia sí se se dedica a hacer películas. Se trata, ni más ni menos, que del carismático director alemán Werner Herzog, quien por una apuesta, no sólo tuvo que comerse un zapato, sino que  además tuvo que aderezarlo con su orgullo, al tener que tragárselo simultáneamente con el zapato.

Antes de debo poneros en situación, para quienes no conozcáis a Herzog; Werner Herzog es, como poco, un tipo singular -por no decir que está como una regadera (con perdón. Ello no merma en absoluto mi admiración por este polifacético creador). Se dice que Ian Curtis, quien fuera cantante de la famosa banda de los 80, «Joy Division», se suicidó justo tras haber visto su film «Stroszek» .

Su primera película, «También los enanos empezaron pequeños«, de 1970 apostó que se lanzaría sobre un cactus si ninguno de los enanos componentes del reparto de la película moría durante el rodaje, lleno, como solía ser habitual en sus producciones, de todo tipo de peligros.

Errol Morris era un un joven director al que Herzog conocería años después. Éste se dedicaba a grabar material de tipo documental con el que esperaba poder completar un proyecto aún por definir, pero que no dudaba que algún día convertiría en una película. Herzog, en un ataque de cinismo sin igual, le retó a que finalizase su proyecto, algo que muy difícilmente sucedería, dadas las penurias de todo tipo que atravesaba la realización del documental de Morris, incluso prometió comerse sus propio zapato si algún día llegaba a estrenarse la película de Morris.

Contra todo pronóstico, la  película de Errol Morris se estrenó el 19 de octubre de 1980 con el título «Gates of Heaven» un documental sobre el negocio de los cementerios de animales y la relación de afectividad entre humanos y mascotas.

Herzog tuvo que comerse su zapato, tal y como había prometido, eso sí, previamente lo coció y lo aderezó para darle algo más de substancia. Se produjeron un programa de televisión para dejar constancia del evento y un cortometraje documental, dirigido por Les Blank y escrito por Herzog (que puedes ver íntegro a través de este enlace). Fué en este documental donde Herzog desveló las consecuencias de tirarse a un cactus, el producto de la promesa de su primera película.

Para saber más, y mejor:

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