El pez venenoso que esculpe por amor.

Yoji Ookata, buceador desde los 21 años, acumulaba ya una experiencia de más de 50 años de inmersiones, con lo que no se puede decir que no fuese un buceador experimentado. Pero el mar, ese mundo silencioso todavía inexplorado, le deparaba una sorpresa. Pudo ver con sus propios ojos algo que jamás había visto hasta aquella inmersión en la región de Amani Oshima, a unos 24 metros de profundidad. Fue el primer testigo humano en presenciar aquella sorprendente figura geométrica circular tallada en el fondo arenoso. Una escultura perfecta.

Aquella figura geométrica de unos 2 metros de diámetro, había sido cavada en la arena por un autor desconocido. Consistía en múltiples crestas simétricamente dispuestas, sobresaliendo desde el centro hacia el exterior de aquel círculo perfecto. Aquel misterio dejó perplejo a Ookata, quien decidió mostrar las fotografías que había tomado a unos amigos que trabajaban en el canal de televisión japonés NHK, quienes decidieron ayudarle a investigar acerca del origen de aquella extraña formación. En un primer momento se pensó si no se trataría de otra broma como la de los círculos del maíz.

Pero todo quedó aclarado durante el rodaje de un episodio de un documental de la NHK, emitido apenas hace una semana, titulado «El descubrimiento de un siglo: el misterioso círculo del fondo del mar» y se desenmascaró al artista tras aquel hermoso regalo para la vista.

Ante las cámaras de televisión se pudo comprobar que el autor de los círculos es, ni ás ni menos, que un pez globo, quien con su aleta trabaja día y noche excavando la arena del fondo marino creando la figura. No sólo crea una figura geométrica compleja, sino que busca pequeñas conchas que rompe en pequeños pedazos y emplea para decorar su obra marcando con estos fragmentos los surcos previamente creados.

Tras una observación más exhaustiva y buscando una explicación a tan extraordinario hecho, pues no es posible que este asombro pez lleve a cabo un trabajo así sólo con fines decorativos, se hicieron nuevos y sorprendentes descubrimientos.

Las hembras del pez globo son atraídas por los surcos y crestas de arena de modo que puedan encontrar con facilidad en el, a menudo oscuro, lecho marino, el lugar preciso en el que se encuentra el macho y así la hembra deposita sus huevos en el centro de la escultura que la ha llevado hasta allí.

De hecho los científicos observaron que, a mayor número de surcos en el círculo, más probabilidades hay de que la hembra copule con el macho. La decoración exhaustiva realizada por el macho a base de pedacitos de conchas no sólo cumple con la capacidad de atraer a la hembra, sino que todo apunta a que son nutrientes para los huevos que vayan a incubarse allí, así como de alimento para los recién nacidos alevines.

Los surcos y crestas de tan elaborado círculo son además parapetos para proteger a los huevos del efecto de las corrientes submarinas, impidiendo que estas los arrastren y los dispersen convirtiéndolos así en presa fácil para los depredadores.

Un hecho único y maravilloso.
Un pez venenoso escultor por amor y afán de supervivencia.

Para saber mucho más y mejor:

• Spoon-Tamago.com: http://www.spoon-tamago.com/2012/09/18/deep-sea-mystery-circle-love-story/
• NHK: http://cgi2.nhk.or.jp/darwin/broadcasting/detail.cgi?p=p285
• Pez globo (Takifugu): http://es.wikipedia.org/wiki/Takifugu