¿Comer te vuelve loco? ¿Seguro que no padeces el síndrome de Gourmand?

El Síndrome de Gourmand

El síndrome por el cual, tras haber sufrido un golpe en la cabeza, l el afectado desarrolla una irrefrenable necesidad de hablar, escribir y consumir platos de alta cocina, se llama Síndrome de Gourmand. Ahora sólo tengo que tratar de recordar cuando me di yo el golpe.

«Es hora de una copiosa cena, como una buena salchicha picante y dorada o unos espagueti boloñesa, o risotto o chuleta empanada, finamente decorada, o una pieza de caza con salsa y Spätzle», escribía. «¡Siempre comer y beber! Qué gran conocedor soy y estoy aquí, seco, como en un desierto. ¿Dónde está el siguiente oasis? Con palmeras y dátiles y cordero asado o cuscús y té de menta»

El texto que acabas de leer forma parte del diario que que llevó durante su estancia en el hospital  a mediados de los años 80 del pasado siglo un paciente, de profesión periodista, que había sufrido una apoplejía. Desde que ingresó en el hospital este paciente empezó a demostrar un interés inusitado por la comida. Prestaba una exquisita atención hasta por el más minúsculo de los detalles en la presentación de los platos. Su obsesión por el buen comer llegó a despertar el interés de los doctores Marianne Regard, quien indicó a aquel paciente la conveniencia de escribir un diario, y su colega Theodor Landis, ambos neuropsicólogos.  Una vez se hubo recuperado, aquel singular paciente continuó con su obsesión y abandonó su profesión de cronista político para dedicarse por completo a la crítica gastronómica. Todo su interés y sus temas de conversación giraban en torno a la comida. Regard y Landis se dieron cuenta de que se hallaban ante un curioso síndrome al que se bautizó como síndrome de Goumand.

Tras haber detectado este primer y curiosísimo caso Landis y Regard estudiaron a 723 pacientes con daños cerebrales. este estudio se desarrolló a lo largo de 8 años. De entre el total de los analizados, el 5% -36, te ahorro el cálculo, empezaron a interesarse por la comida. Los dos neurocientíficos publicaron los resultados de su investigación en la revista Neurology, en el año 97. Fue en ese artículo donde bautizaron al síndrome con el  nombre de Gourmand, una palabra francesa que para quienes desconozcan el idioma, significa «goloso».

Prácticamente todos los casos estudiados presentaban la misma lesión en el hemisferio derecho del cerebro, donde tienen lugar la toma de decisiones, las emociones.  Los daños producidos en la corteza orbitofrontal, afectan a los ganglios basales que regulan la producción de serotonina. Ello puede producir, como se ha detectado, alteraciones en la conducta. Produce problemas de autocontrol y, de alguna forma, afectan también, a la manera en la que nos relacionemos con la comida.

Un síndrome raro, donde los haya, y caro, donde los haya.

Para saber mucho más y mejor:

1 comentario
  1. Jajajaja no hace falta estar loco para comer mucho, hay algunas personas que lo hacen por naturaleza y en general quienes tienen más peso corporal necesitan comer más.

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