
-Cuidado con lo que deseas, que puede hacerse realidad. El silencio tan añorado puede ser un infierno. En la imagen, Steve Orfield, el fundador de los laboratorios Orfield en el centro de la habitación anecoica.
En cuanto he sabido de la existencia de esta estancia no he podido resistirme a tararear la archiconocida canción de Simon & Garfunkel «The sound of silence« ( y voto a bríos que se me está haciendo difícil sacarme de la cabeza su pegadiza melodía ). Sin embargo el sonido del silencio no resulta ser tan poético como podríamos pensar. Al contrario, es una infierno. Un infierno de silencio sonidos de nuestro organismo que, según los investigadores de los Laboratorios Orfield, en Minneapolis, donde se halla la habitación más silenciosa del mundo, podría volverte loco en unos 30 minutos, o antes.