El diablo que salta sobre los bebés desde 1621

El colacho o el diablo saltando sobre los bebés

El colacho saltando sobre los bebés. Una fiesta endemoniadamente curiosa. (© Foto)

Gracias a la televisión descubrimos la extraordinaria variedad de pueblos, costumbres, fiestas, tradiciones y celebraciones de lo más variopinto. Suelen llamarnos la atención las más exóticas, por novedosas, curiosas o distantes a nuestra comprensión. Y en demasiadas ocasiones desconocemos totalmente algunas fiestas ancestrales que tenemos, los que residimos en España, a un tiro de piedra, como la que hoy os traigo a este blog. Se trata del Salto del Colacho una fiesta declarada de interés turístico nacional en España que se celebra desde 1621 en la localidad de Castrillo de Murcia, perteneciente a la provincia de Burgos, el domingo siguiente al Corpus. Y, sí, consiste exactamente en lo que estáis viendo: saltar sobre tiernos bebés.

No está nada claro el origen de esta curiosa tradición que tiene lugar el domingo siguiente al Corpus. A mi me encanta esta explicación que, así sin más, aparece en la Wikipedia:

« En aquellos tiempos en los que aún estaba vivo el Rey Juan I, este decía que al nacer un niño tenía que ponerlo en su cama para que viera si era un hijo de bruja, si resultaba cierto, en ese momento el niño ponía los ojos en blanco o empezaba a girar la cabeza. En cuyo caso presentaban un informe al majistrado. A lo cual si el informe daba positivo, llegaba el verdugo y lo mataba aplastando la cabeza del bebé con saltos en la cama. Por lo que hoy en día el «Diablo» salta en nuestros colchones ».

Se supone que tras esta muestra de superstición del Rey, el «colacho«, representando al Diablo y al pecado, salta sobre los bebés nacidos a lo largo del año en la localidad, con la finalidad de espantar a los demonios y a la mala suerte. Se estima que la tradición data del siglo XVII y se ha mantenido hasta nuestros días de forma ininterrumpida.

En la tradición el colacho va ataviado con una botarga de colores llamativos (una botarga es el nombre que en español recibe la vestimenta que se emplea para representar a personajes o mascotas. Básicamente un disfraz. Por ejemplo las mascotas que animan a los equipos de fútbol o que publicitan algún producto en un centro comercial. Hoy en día se denominaría un cosplay -costume play-, pero me quedo con botarga.).

Viste de color amarillo con ribetes rojos y verdes y el cuello y cabeza se cubren con una caperuza también amarilla, rematada en una borla. Cubre su cara con una máscara en la que están pintadas unas grandes cejasnegras y unos llamativos coloretes rojos. La máscara muestra una enorme y afilada nariz así como una gran barbilla. En las manos lleva una tarrañuelas –castañuelas– de gran tamaño que golpea con un palo con una de sus extremidades rematadas con pelo de cola de caballo.

El colacho y su estrafalario atuendo

El aspecto del colacho debía ser aterrador hace 300 años. Fotografía © Mario Pereda

Con la cola de caballo en ristre y las terribles y enormes tarrañuelas atronando a su paso, y a la carrera, a lo largo de las calles del pueblo, en una singular procesión, en la que también participan otros personajes, como el atabalero, vestido de riguroso negro y con chistera, portador de un enorme tambor llamado atabal, con cuyo sonido abre paso a una comitiva en la que se porta la enseña del Santísimo, el colacho se lanza a fustigar a los lugareños, mientras éstos lo insultan -todo forma parte de la representación. A lo largo del recorrido de tan singular y esperpéntica procesión, hay una serie de altares de flores bajo los cuales se han situado colchones en los que se hallan los bebés, ajenos a todo lo que sucede a su alrededor, y probablemente bastante asustados.

Llegado este punto, la alocada carrera se detiene y el colacho,  que representa al mal y a la herejía, salta sobre los bebés, habiendo cogido una buena carrerilla antes de hacerlo, claro está. Tras haber saltado sobre los bebés, se acerca el sacerdote y bendice a los niños. El Bien habrá vencido al mal.

Cada año el colacho salta sobre entre ochenta y cien niños.

Para saber mucho más y mejor:

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