La fe, de verdad, si no mueve montañas las parte en dos. La historia del hombre que movió una montaña.

Dashrath Manjhi, el hombre que movió una montaña.

Dashrath Manjhi, el hombre que movió una montaña.

Dicen que la fe mueve montañas. Es un dicho que, mediante una hipérbole, nos ilustra de forma metafórica pero muy clara que si crees firmemente en un propósito, con perseverancia y tesón puedes llegar a lograr lo que te propongas. Pero en el caso de Dashrath Manjhi, la metáfora no fue tal, sino que el dicho se cumplió literalmente.  Con herramientas sencillas y sin ayuda de ningún tipo fue capaz de derribar una montaña. El combustible que alimentó su fe fueron el amor y la generosidad de un hombre sencillo, cuya historia, como no podía ser de otro modo, fue llevada, convenientemente dramatizada, al cine.

Nuestro protagonista, Dashrath Manjhi, falleció en 2007 víctima de un cáncer a la edad de 73 años, 22 de los cuales dedicó en exclusiva a demoler una montaña. La historia es tan singular como sencilla y emotiva.

Nuestro protagonista nació, creció y murió en la región de Bihar, en la India, en un pueblo llamado Gehlaur. Perteneciente a una casta inferior, no tuvo ninguna opción en su vida. Sólo pudo ser un humilde campesino, sin formación, analfabeto. En este pueblo, como no resultará difícil imaginar, no había (ni hay) muchos servicios considerados básicos, como por ejemplo, un médico ni mucho menos una enfermería o un hospital. Los habitantes de Gehlaur debían desplazarse a diario hasta Wazirganj,la población de la que los separaba una montaña de dura roca. Aquella montaña era recorrida por un sendero tortuoso, estrecho y muy peligroso y era el camino que debían atravesar para acudir a las escuelas, los hospitales, los puestos de trabajo… Dashrath también, como el resto de sus vecinos, trabaja al otro lado y su abnegada esposa, Phaguni, le acercaba comida y bebida cada día, recorriendo tan peligroso y escarpado sendero.

Harto de tener que hacer aquel recorrido diariamente, y ante lo peligroso de aquel camino, escarpado y elevadísimo, en el cual ya habían muerto algunas personas y donde su esposa había tenido un accidente, hiriéndose, y visto que nadie ni ninguna autoridad tomaba una decisión para mejorar sus condiciones de vida, Dashrath vendió su única posesión, unas cabras, y compró un martillo, un cincel y unas palancas ,herramientas con las que se dispuso a practicar un camino en la montaña, partiéndola, literalmente, en dos.
Su esposa, Phaguni, enfermó de gravedad y era imprescindible para que pudiera salvar su vida, que recibiera atención médica urgentemente. El médico, estaba a 75 kilómetros de distancia, rodeando las colinas. Dashgrath tomó a su esposa en brazos y comenzó el penoso trayecto en busca de ayuda rodeando las colinas de GehlaurPhaguni que no soportó el duro viaje, falleció poco después.

Dashgrath, roto por el dolor por la pérdida de su mujer, no dejaba de pensar que la distancia entre ambos pueblos en línea recta no sería de más de un par de kilómetros, y se propuso que a nadie le sucedería lo mismo que a su esposa.

Aquí podemos ver las herramientas básicas que empleó para tan monumental empeño.

Dashgrath mostrando las herramientas empleadas para derribar a una montaña.

Este hecho le animó a continuar la tarea en la que se había embarcado. Objeto de burlas y siendo tomado por loco por muchos, algunos lugareños le daban agua o comida y empezó a ser conocido en la región como «El hombre de la montaña».

Esto fue lo que hizo entre 1960 y 1982. Y finalmente lo logró. Habilitó un camino de unos 100 metros de longitud y 10 de anchura, que sirvió para convertir la distancia entre casi un centenar de pueblos aislados, a un recorrido de 5 kilómetros.
Tras su muerte llegó el consabido oportunismo político, que este caso sirvió para que el camino, un pedregal hasta entonces, fuera asfaltado por las autoridades, las mismas que se comprometieron a construir un hospital que llevaría su nombre.

Si se llegó a construir el hospital o no, lo desconozco. En el mapa adjunto a este post podéis leer el nombre que recibe el paso tallado por este hombre entre las montañas, «Dashrath Manjhi breakthrough».

Una historia conmovedora que debería tenerse en cuenta para recordarnos que con perseverancia, tenacidad y esfuerzo, finalmente moveremos montañas. Y eso, amigos, es tener fe en uno mismo.

Para saber mucho más y mejor:

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