Medio año sidéreo sin escribir… y no pasa nada.

Un año sidéreo

¡Dramatización de un año sidéreo!

Han pasado ya casi seis meses, medio año, desde mi última aportación al blog. Tanto que hemos cambiado de año y ya nos hemos adentrado en 2015. El tiempo transcurre a una velocidad de vértigo y en un abrir y cerrar de ojos, ¡Bam! la nave espacial sobre la que vivimos ya habrá recorrido una órbita alrededor del sol, habiendo transcurrido por entonces un año sidéreo. Esto, claro está, no deja de ser una licencia poética para expresar el tiempo aproximado transcurrido.  Cualquier físico, astrónomo, científico o aficionado se llevaría las manos a la cabeza al leer semejante sarta de imprecisiones. Pero …¿Qué es un año?

Si le hacemos esta pregunta, así, sin más  genérica a San Google, el Dios digital que todo parece saberlo, la respuesta se asemejará mucho a esta:  «Tiempo que emplea la tierra  en dar una vuelta alrededor del Sol». Todos sabemos que un año consta de 365 días, pero si queremos ser precisos deberíamos hablar del años sidéreo, el año astronómico. Con lo cual lo definiríamos como «El tiempo que emplea el planeta en pasar dos veces consecutivas por el mismo punto a lo largo de su órbita geométrica alrededor del sol.» siendo su duración de 365 días, 6 horas, 9 minutos y diez segundos, en el caso del nuestro querido planeta.

En términos menos siderales, durante el tiempo sidéreo transcurrido desde mi último post, se han recrudecido guerras, se han jugado los partidos de un mundial de fútbol, han desaparecido aviones de Malasyan Airlines -uno abatido por fuego pro-ruso cuando sobrevolaba Ucrania, se han matado entre sí Palestinos e Israelíes, Sirios, Iraquíes, Afganos… , se ha extendido el ébola…
Los pasajeros de esa minúscula nave espacial que es nuestro planeta hemos asistido a muerte, destrucción, nacimiento y creación, horror y alegría, todo al mismo tiempo. Una sucesión casi repetitiva de hechos que conforman nuestra historia, que se desvanecerá a lo largo de los años Galácticos y no habrá significado nada cada de esos instantes.

Un año galáctico (o año cósmico), ya que estamos metidos en materia, es el tiempo que tarda nuestro sistema solar en completar un giro alrededor del centro de la Vía láctea. Aquí la precisión ya es mucho  menor. Se que un año galáctico equivale a unos  225 o 250 millones de años terrestres. Si tenemos en cuenta que según el calendario cósmico situamos el Big-Bang  en el año galáctico -40, el nacimiento del sol en el año 0, en el 19,999 la aparición del ser humano sobre el planeta y en el año cósmico 20 el presente, podemos concluir que no somos nada y que no tiene, en definitiva, mucha importancia, el haber estado unos meses sin tocar el teclado de mi ordenador.

Mi definición sobre el particular, sin embargo, es un impreciso oximoron basado en mi percepción del paso del tiempo: «Un año es una eternidad que transcurre en un instante».

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