
Como si de un escenario de película se tratase, ante el asombrado visitante, un puente doble hecho de raíces de árboles vivos. Asombroso.
Otra de tantas frustraciones que tengo es no haber sido ingeniero. Me atraen en especial las conexiones existentes, de manera casual o por puera observación e investigación, entre la naturaleza y la ingeniería. Uno de los primeros proyectos de ingeniería civil cuya construcción pude ver fue la del puente de Rande, en Vigo, mi ciudad natal. Se construyó en tan sólo tres años. Mucho menos que los 20 años o más que se necesitan para disponer de uno de los curiosos puentes de raíces vivas que existen en una remota región de la misteriosa y exótica India, más concretamente en Cherrapunji, en el Noroeste del país. Es, con toda probabilidad, el único lugar del mundo en el que los puentes no se construyen: se plantan. Read More