El tiburón ballena, conocido también por el sobrenombre de “El gigante amable”. Y se lo ha ganado a pulso. esta criatura, el pez más grande que jamás maya existido sobre la faz del planeta, puede alcanzar una longitud de 18 metros y un peso de más de 21 toneladas. Es ciertamente una criatura enorme. Se han llegado a observar tiburones ballena se entre 15 y 21 metros de longitud. Su piel, puede alcanzar un grosor de más de 10 centímetros. Son criaturas de movimientos pausados, lentos, solitarios. Se las ha visto a lo largo de todo el mundo, en todos los mares y océanos, preferiblemente en latitudes cálidas, donde la temperatura del agua sea templada. La parte de “ballena” se corresponde con su tamaño y con su tipo y proceso de alimentación. Come plancton, filtrándolo al igual que las ballenas. Abre su enorme boca y filtra el agua mientras nadas lenta, sedera y sinuosamente. Esta desdentada boca es tan grande que cabrían hasta cuatro buceadores simultáneamente en su interior. Y lo mejor de todo, es que se puede entrar en su boca sin el menor peligro. No hay constancia de que hayan atacado o herido jamás a un ser humano. Estos gigantes se dedican a lo suyo y ni se inmutan ante la presencia de buceadores o curiosos que puedan merodear su entorno. Y es precisamente este natural pacifico el que lo pone en peligro.
Biología
Tras el éxito de «Tornado» llega «Tornado de bichos». Próximamente en su localidad
No resulta nada tranquilizador el hallarte paseando y encontrarte de frente con un torbellino de aspecto feroz y con pinta de tornado. Esta inquietud es la que debió de sentir Ana Filipa Scarpa, la autora de esta fotografía, mientras se encontraba paseando en Leziria Grande, en Vila Franca de Xira, Portugal. Pero tras una observación más detallada se percató de que no se trataba de un tornado si no de una columna de insectos (mucho mejor así, ¿No?). Un enjambre de insectos cuya naturaleza desconoces, en forma de tornado, o más exactamente de huso y de unos 300 metros (metro arriba, metro abajo) de altura. Ana Filipa, la autora, se aventura a especular con que se trate de langostas rojas. Para algunos de quienes estéis leyendo esto, y dependiendo del plan educativo del que hayáis sido víctima, he de aclararos que no se trata de un crustáceo que alcanza precios astronómicos en navidad, sino de un saltamontes que causa daños de costes astronómicos en los cultivos a los que ataca, pues los devora en cuestión de horas.
Para saber mucho más y mejor:
- Earth Science Picture of the day: http://epod.usra.edu/blog/2014/05/funnel-frenzy2.html
- El blog de Ana Filipa Scarpa: http://anafilipascarpa.blogspot.pt/
¡Oh! ¡Dios mío!¡Este helado me ha provocado una ganglioneuralgia esfenopalatina!
Este ha sido un fin de semana soleado, al menos en mi ciudad, Vigo. Como cada vez que aprieta el calor los vigueses¹ huimos de la ciudad para disfrutar de las playas de los alrededores de tonificantes y gélidas aguas. La pereza -crónica en quien escribe estas líneas- de enfrentarse al choque térmico entre el exterior y el mar, obliga a sufrir el calor con estoicismo, contemplando con envidia como los niños se zambullen sin dudarlo en la orilla y juegan con las olas, con la arena y con todo lo que les rodea. El calor, la envidia que produce tanta despreocupación y la contemplación de los espectaculares físicos de muchas de las asistentes a a la playa, o según otras preferencias, de muchos de los asistentes, ayudan a subir la temperatura corporal hasta que se toma la decisión más importante de la tarde: romper la dieta, olvidarse de la operación bikini -operación bermudas en mi caso- y encaminarse con decisión hacia un puesto de helados. Pero, ¡Ay!. ¡¡Cómo duele!!!. Le hemos dado un mordisco a un polo de helado y de forma casi inmediata nos ha producido un dolor de cabeza insoportable. Sentimos como que nos han clavado un picahielos en medio y medio de la frente. Tanto que hasta vemos las famosas chirivitas chiribitas. Pero ¿Qué es lo que produce esta brutal ganglioneuralgia esfenopalatina, o dolor de cabeza insoportable al que universalmente se le conoce como ice cream headache –cefalea del helado, o el fenómeno del cerebro congelado?
Magia submarina: slowlife
Sencillamente cautivador y fascinante este trabajo de Daniel Stoupin. Un trabajo impresionante de macrofotografía submarina y time lapse con el que podemos disfrutar de las formas, los colores, las texturas, el movimiento y los secretos invisibles de corales y esponjas.
Para saber mucho más y mejor:
La microbiología como arte. Los virus gigantes de cristal de Luke Jerram
Creo que no me equivoco al afirmar que todos nos sentimos en ocasiones atraídos morbosamente por la belleza intrínseca del mal. Y esta es una de esas ocasiones en las que alguien, en este caso un brillante artista, Luke Jerram, ha logrado que nos asombremos ante lo hermoso que puedes ser un virus del SIDA, o una bacteria E-coli, haciendo esculturas una escala 1.000.000 de veces mayores que estos microorganismos.
Una criatura inimaginable: el Enypniastes, o para entendernos, el Pepino de Mar.
Cada año se decubren nuevas criaturas en nuestro planeta y cada nuevo descubrimiento es si cabe más sorprendente y fascinante. Los fondos marinos, las grandes profundidades, inexploradas hasta hace muy poco tiempo, nos deparan sorpresas fascinantes. Como este Enypniastes (un Echinodermata Holothuroidea), al que vulgarmente se conoce como Pepino de mar. Y esta criatura se descubrió por puro azar.
Kiri: El súper héroe que salvará al mundo no lleva un traje de colores. Es un árbol extraordinario.
No son pocas las películas, series de televisión, novelas, cómics en los que el mundo está al borde de la destrucción total por uno u otro tipo de cataclismo y tras mil y una visicitudes llega un héroe -o un grupo de héroes- por lo general con súper poderes que salvan la situación. Por ahora nadie ha podido constatar la existencia de súper héroes con capacidades sobrehumanas y mucho menos que puedan salvar al mundo de una hecatopmbre de un momento a otro. La realidad es que nuestro mundo, nuestro planeta, el medio ambiente, es la víctima diaria de los múltiples abusos y ataques que produce la actividad humana. Y sí, hay un héroe que puede ayudarnos a salvar el planeta -o parte- y no tiene capa, ni logotipos en el pecho ni tampoco hace entradas en escena espectaculares. Se trata del kiri, un árbol capaz de purificar un suelo infertil y prepararlo para recibir cualquier tipo de cultivo. Por si fuera poco es capaz de absorber 10 veces más dióxido de carbono que cualquier otra planta y produce mucho más óxigeno. Eso sí que son súperpoderes!.
Si crees que tu superdeportivo es veloz, te apuesto lo que sea a que no le gana a mi Arquea.
Es posible, y me encantaría que hubiera sido así, que hayas comprado reciente un súperdeportivo. Estarás pletórico, presumiendo de cilindrada, caballos, par motor, potencia, velocidad punta… un maravilla, sin duda. Pero te apuesto lo que quieras a que no le gana en ningún caso a mi arquea en una carrera. ¿Lo dudas?. Sólo te haré una pregunta antes de que contestes al reto: ¿tu súper coche es capaz de recorrer una distancia 500 veces equivalente a su longitud en menos de un segundo?. Ya empiezas a dudar , ¿verdad?.
Moriremos sin haber vivido el presente. De hecho vivimos en el pasado.
Vivimos en el pasado. A lo largo de nuestra existencia habremos sido incapaces de alcanzar el presente. ¿Suena a ciencia ficción?. Pues no. esta el triste conclusión a la que llegaron en el año 2000 los investigadores del Salk Institute,en California. Afortunadamente no somos conscientes de ello, pero no deja de ser poético y paradójico. Pero, ¿cómo es posible que vivamos en el pasado?.
La piedra filosofal es una bacteria (cuya caca es, literalmente, de oro)
Si los alquimistas que buscaron incansablemente la piedra filosofal, aquella mágica y escurridiza substancia con la que se podría, teóricamente, transmutar los metales en oro, hubieran buscado en otras fuentes, quizás, sólo quizás, las historia hubiera sido distinta. La piedra filosofal ha resultado ser una bacteria, la Cupriavidus metallidurans, aunque yo, por simplificar, la llamaría directamente la bacteria Midas.