
Una periodista toma una muestra de agua contaminada en el río Jianhe en la provincia de Luoyang. (© Reuters – China Daily)
La serie de animación de «Los Simpson» nos ha dejado centenares de historias llenas de fina ironía. Recuerdo un capítulo en el el que el propietario de la central nuclear, el Sr. Burns, al que acusan de no cumplir ningún requisito antipolución tras haber encontrado un pez mutante con tres ojos en el río próximo a la central, se presenta a las elecciones. Uno de los actos de su campaña es una cena en casa de la familia Simpson para demostrar que a pesar de parecer un hombre sin escrúpulos puede cenar en casa de una familia normal y el hecho se retransmite en directo por la televisión. Como primer plato le sirven al pez mutante capturado en el río y al no atreverse a comerlo su popularidad cae en picado perdiendo toda opción de ganar las elecciones.
Algo similar, pero sin ninguna gracia, le sucedió a un oficial chino de una agencia local de protección medioambiental que rechazó los 30.000 $ ofrecidos por un valiente empresario a cambio de tomar un baño en el río de su localidad por un tiempo no menor a 20 minutos.