Yoshida Kogyo Kabushiki Kaisha: YKK. Aunque te suene a chino, es Japonés, y seguramente lleves esas siglas ahora mismo.

Nada mejor para fijarse en los pequeños detalles que tener que quitarte el pantalón porque se te ha atascado la cremallera y no hay forma humana de cerrar la petrina. y ¡Voilá! ¿Qué son esas siglas?

Nada mejor para fijarse en los pequeños detalles que tener que quitarte el pantalón porque se te ha atascado la cremallera y no hay forma humana de cerrar la pretina. Y de repente, la pregunta,¿Qué son esas siglas?

Probablemente no te hayas parado a observar detalladamente los tiradores de las cremalleras de todas tus prendas o de cualquier mochila, zurrón alforja u otro tipo de bolsa con cierre, a no ser que seas una persona con unas dotes de observación sobrenaturales o te dediques al negocio del suministro de productos de confección. Si no lo has hecho seguro que vas a buscar ahora mismo una cremallera para comprobar si en efecto localizas grabadas las siguientes iniciales: YKK.  Casi con un 90% de probabilidad hayas encontrado estas iniciales, pero ¿Qué significan?

Como ya habréis averiguado, las siglas YKK son las siglas de Yoshida Kogyo Kabushiki Kaisha. El honorabilísimo Sr. Tadao Yoshida fundó, en 1934, una compañía llamada Yoshida Kogyo Kabushiki Kaisha, lo cual traducido, si el todopoderoso Google no me ha engañado, sería Yoshida Manufacturing Shareholding Company .

La compañía es un gigante del mundo de la confección. De hecho es el mayor fabricante del mundo de cremalleras. el 90% de las cremalleras que se cosen, adhieren o instalan de cualquier otro modo en el mundo, han salido de una de las 206 instalaciones que este gigante tiene distribuidas a lo largo de 52 países. De hecho no sólo se limita a fabricar las cremalleras, sino que la corporación fabrica las máquinas que fabricarán las cremalleras. Hasta la fecha la mayor fábrica del gigante YKK se halla en Georgia. en aquellas instalaciones se fabrica la nada desdeñable cifra de 7 millones de cremalleras al día (unos cuantos miles arriba, o abajo). Lo cual me hace pensar en los millones de prendas que se fabrican a diario y los millones de abnegadas madres, abuelas y padres, que también los hay, que se pasan horas y horas arreglando y sustituyendo las cremalleras de una mochila o de un pantalón que aún tiene que durar una temporada más.

Ahora bien, mi admiración hacia el -hasta ahora mismo desconocido por mi, y supongo que por ti- Sr. Tadao Yoshida, se centra más en su filosofía, que curiosamente coincide con la mía, con la teoría, no con la praxis, y no es otra más que la que el denominó «El ciclo de la calidad«. La teoría se resume muy sencillamente: «Nadie prospera a no ser que otorgue un beneficio a otros«. Es decir, fabricando un producto excelente, el mejor del mercado, beneficiaré a mis clientes y a los compradores de sus prendas, con lo cual generaré un ciclo de satisfacción que repercutirá en mi reputación, con lo que mi compañía crecerá.

Huelga decir, vista la dimensión que alcanzó su compañía, que no estaba muy desencaminado en cuanto a filosofía de trabajo.

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